Tejiendo innovaciones democráticas: la colaboración sistémica para una América Latina resiliente
Impulsar cambios sistémicos mediante la colaboración y la innovación regionales
El siguiente artículo es un cross-post de nuestro blog original publicado el 14 de mayo de 2025. Este post está escrito en inglés y español.
The following post is a cross-post from our original blog posted on May 14, 2025. This post is written in both English and Spanish.
En el Centro para el Impacto Público (CPI), este año lanzamos el Colectivo CPI “Innovación para la Democracia en América Latina”, un nuevo grupo de trabajo que reúne a más de 15 organizaciones de siete países con el objetivo de conectar innovaciones democráticas y fomentar la resiliencia en la región a través de la colaboración sistémica.
La democracia como sistema vivo, diverso y complejo

Imaginemos la democracia como una red neuronal. Cuando todas las “neuronas”: la sociedad civil, los sectores público, privado y social, están conectadas y activas, el sistema funciona de manera sana. Pero cuando algunas se desconectan, o grupos enteros son excluidos, la sinapsis democrática se debilita, el sistema de gobernanza se daña y todo el organismo sufre.
A nivel global vemos vemos cómo la democracia se erosiona: polarización, desinformación, baja participación y confianza. Pero a su vez, también vemos cómo partes de este sistema, sus actores desde la ciudadanía hasta las instituciones, la protegen y la diversifican a través de esfuerzo, resistencia y creatividad.
En CPI creemos que, para construir democracias sanas y resilientes, es necesario adoptar colaboración sistémica: una forma holística de abordar problemas complejos e interconectados de nuestro tiempo, a través de la articulación y creación de nuevas vías de colaboración entre diversos actores, territorios y saberes. Así es como reimaginamos gobiernos en CPI: como sistemas que abrazan la complejidad, construyen relaciones esenciales, y aprenden y se adaptan continuamente junto con las comunidades.
El caso de América Latina: creatividad democrática dispersa
América Latina es un territorio fértil de innovación democrática. Desde los procesos de democratización se extendieron en la región en las últimas tres décadas, han surgido más de 3.700 innovaciones democráticas documentadas y analizadas bajo el proyecto LATINNO, liderado por la Dra. Thamy Pogrebinschi. Estos métodos y mecanismos expanden la participación ciudadana más allá de la votación tradicional, abriendo espacios para incorporar a la ciudadanía al ciclo de política pública y fortalecer nuestras democracias.
Lo notable es que estas innovaciones no provienen solo del estado, sino que muchas han surgido desde la sociedad civil, de comunidades que entienden y valoran la democracia como una práctica viva. Este elemento contextual convierte a América Latina en un espacio de inspiración para imaginar nuevas formas de participación.
Sin embargo estas innovaciones siguen estando fragmentadas, limitadas a contextos locales y en su mayoría dentro de las fronteras nacionales. La falta de colaboración transfronteriza y de mecanismos para compartir conocimientos es un factor clave que ha frenado la capacidad de la región para construir una resiliencia democrática compartida, a pesar del alto nivel de compromiso ciudadano. Al mismo tiempo, amenazas como la polarización, el autoritarismo, la crisis climática, la corrupción y otros, han debilitado aún más la confianza en las instituciones, erosionando la salud del tejido democrático.
Pero ¿por qué una “sinapsis democrática” regional importa? Cada innovación, por brillante que sea, no puede amplificar su impacto si permanece aislada. Como una red neuronal, la democracia depende de conexiones saludables y fuertes, como lo son la inteligencia colectiva y la acción colaborativa, para enfrentar los desafíos actuales.
Por ejemplo, la salud de la democracia de América Latina tiene consecuencias globales, con el 56% de los bosques primarios del mundo y el 65% de las reservas globales de litio, la región juega un papel estratégico en la transición energética y en la respuesta a la crisis climática. Al construir democracias regionales más interconectadas y representativas, no solo fortalecemos las instituciones y promovemos una ciudadanía más activa en América Latina: también generamos nuevos modelos que pueden inspirar soluciones a una crisis democrática global.
El Colectivo CPI: Conectando las neuronas democráticas de América Latina
El Colectivo de CPI: “Innovación para la Democracia en América Latina” es una iniciativa de un año diseñada para construir y fortalecer sinapsis democráticas regionales.
Para esto, estamos convocando a una comunidad de organizaciones que están experimentando e implementando innovaciones democráticas. En grupo, estamos creando un espacio para intercambiar ideas, explorar nuevos enfoques y tomar acciones colectivas en respuesta a desafíos compartidos. El objetivo: tejer un tejido democrático más fuerte y resiliente: con enfoque local, conectado regionalmente y relevante globalmente.
Desde fines de Noviembre de 2024, este grupo de trabajo se ha reunido cada dos semanas para desarrollar una visión compartida, basada en tres transformaciones clave:
De esfuerzos aislados a sinapsis regional: moviéndonos de innovaciones democráticas independientes a redes colaborativas que fomenten el bienestar en toda la región y persistan más allá de los ciclos políticos;
De participación fragmentada a acción colectiva: adaptando y expandiendo innovaciones democráticas locales a nuevos contextos a través de un programa colectivo de aprendizaje y experimentación; y
De éxitos locales a un sistema regional resiliente: construyendo redes transfronterizas de líderes que apoyen procesos democráticos desde el nivel local hacia el regional.
Las organizaciones participantes están identificando juntas áreas clave para fortalecer la democracia y co-crear un portafolio de soluciones en áreas como participación ciudadana, representatividad y confianza institucional.
Más de 15 organizaciones de siete países de la región participan en el Colectivo CPI, entre ellas:
Organizaciones de la sociedad civil como: Fundación Ciudadanía Inteligente, Democracia en Red, Instituto Update, Red de Innovación Local, CostaRica+, Extituto de Política Abierta, Politize!, Huella Local, Socialab Colombia;
instituciones públicas como el Laboratorio de Gobierno de Chile y la Estrategia Nacional de Innovación de Paraguay,
instituciones académicas como el Co-Lab de Innovación Social con Propósito Público, Universidad de Chile; y
Actores regionales y globales de GovTech Latam, Apolitical Foundation y VélezReyes+.
Además, contamos con la valiosa colaboración de la académica Dra. Thamy Pogrebinschi, creadora del proyecto LATINNO sobre innovaciones democráticas en América Latina.
Una invitación a la sinapsis colectiva
La democracia no es un sistema estanco a defender: es un organismo vivo que debemos nutrir, conectar y continuamente reimaginar, para que pueda responder con sabiduría colectiva a los desafíos de nuestro tiempo. La colaboración sistémica es una necesidad urgente. En tiempos en que las democracias enfrentan desafíos complejos que trascienden fronteras, debemos fortalecer nuestra capacidad colectiva de respuesta.
Te invitamos a seguir el trabajo del Colectivo CPI a través de nuestro Substack y canales oficiales, y a sumarte a este esfuerzo de transformar iniciativas aisladas en sistemas más resiliente, representativo y conectado.
Porque, al igual que en una red neuronal, la salud de nuestra democracia depende de la calidad de nuestras conexiones y de la participación activa de todas sus partes.
Felicito la conceptualización de la democracia o del sistema democrático como una red neuronal. Está conceptualización es útil y nos ayuda a advertir la complejidad del desafío de reconstrucción de las sinapsis, especialmente cuando algunas neuronas no solo están inactivas sino tal vez están funcionando en contra de su propio mandato natural. Es un desafío académico y empírico apasionante y que ayuda a articular estrategias. Exitos!